domingo, 4 de noviembre de 2018

Sobrevivir a la menopausia

Sobrevivir a  la menopausia
¿Es la menopausia el fin del mundo?

Por desgracia la época de la menopausia viene cargada de muchos prejuicios y creencias negativas, que hace que un tiempo de cambio en la mujer se entienda como una tortura, pero esto no es así, sino que depende de la particularidad de cada mujer y bajo el prisma que se mire. En este post voy a tratar de desmitificar y explicar de forma sencilla que es como nos afecta la menopausia y cómo podemos afrontarla.

¿Qué se entiende por menopausia?

Para aclarar  un poco que es la menopausia, ésta se considera que es un proceso biológico natural en la vida de la mujer, en el que los ovarios disminuyen la producción de estrógenos hasta que los dejan de producir, así como parte de las hormonas reproductoras, tal es el caso de la progesterona. Debido a ello se deja de tener la menstruación. La edad habitual en la que se presenta la menopausia es  entre los 45 a 55 años,  siendo la edad más común sobre los 51. Para considerar que ya se está en el proceso de la menopausia, tiene que pasar un año sin tener la menstruación. Pero la ausencia de la misma, no siempre se produce por la edad, puede ser causada también  por problemas de salud y tratamientos para paliarlos.

¿Cuáles son los síntomas de la menopausia?

Los cambios y lo síntomas que acompañan a la menopausia pueden presentarse  varios años antes de  que esta se haya producido como tal. Ese periodo se conoce como perimenopausia que pueden durar desde unos pocos meses hasta diez años. Pero los síntomas varían según los casos al igual que en la intensidad de los mismos.
Los síntomas que se dan más comúnmente son:

·       - Cambio en las menstruaciones: Más o menos duraderas, más o menos profusas, con más o menos tiempo entre los períodos
·       -  Calores y/o sudoración nocturna
·         -Dificultad para dormir
·        - Sequedad vaginal
·         -Disminución de la libido e impulso sexual
·         -Cambios de humor
·         -Dificultad para concentrarse
·         -Aumento de peso
·        - Menos cabello y más vello facial
·         -Se incluye también un aumento al riesgo de padecer enfermedades del corazón, osteoporosis o cáncer de pecho.


Estos síntomas  principalmente fisiológicos, se ven agravados por síntomas psicológicos que se acentúan entre otros aspectos: por falsas creencias culturales alrededor de la menopausia, creencias propias del patriarcado y la religión, los cuales trasmitían que la mujer al dejar de ser fértil ya no era útil, mientras que el hombre si, ya que se podía seguir reproduciendo con mujeres más jóvenes, la perfecta excusa para sustituir a la mujer por otras de menor edad.  “Ella ya quedaba vieja”. Mientras la menopausia de la mujer es conocida  se ha ido escondiendo la andropausia que el hombre también sufre, lo que da lugar a disminución de la testosterona que se manifiesta aparte de con mucha menos fertilidad, en  la disminución en la cantidad y calidad de las erecciones y el deseo sexual. También se inicia un proceso de pérdida de calcio y consiguiente osteoporosis al igual que un aumento del riesgo cardiovascular. Es decir que no es solo la mujer la que envejece a lo que se refiere al tema reproductor y tampoco solo ella es la culpable de los desencuentros sexuales con sus parejas de edades semejantes o mayores.
Pero si todas estas historias que nos han contado las dejamos de lado dando paso a un transcurso natural del tiempo, la época de la menopausia se puede vivir como una época muy fructífera y de realización personal.

¿Cómo se pueden aliviar los síntomas tanto físicos como psíquicos de esta época evolutiva?

Principalmente hay que empezar viviéndolo como algo natural y no como un drama Shakesperiano. Hay que pensar que tal vez es el momento perfecto para cuidarse más y disfrutar de la vida. Para ello os enumero una serie de recomendaciones que os pueden ayudar:

·        - Hacer ejercicio de forma regular.
·        - Dejar de  fumar si es que se hacía antes.
·        - Mantener un peso saludable. En este punto haré un post más adelante, explicando como alimentarse en la menopausia. Pero es muy interesante en esta época dejarse asesorar por un profesional de la nutrición.
·         -Hacerse una revisión ginecológica para que el ginecólogo o ginecóloga valore la necesidad o no del uso de terapia hormonal o una suplementación con fitoestrógenos
·         -Practicar alguna técnica de relajación o realizar alguna otra actividad para aliviar el estrés.
·        - Realizar actividades lúdicas que sean de interés (Lectura, pintura, reuniones sociales, viajar etc.).
·         -Hacer actividades al aire libre como: Andar, senderismo, petanca, yoga etc.
·         -Es un buen momento para iniciar proyectos que anteriormente no se han podido realizar por la crianza.

Estas sugerencias son unas pocas de las muchas que podemos iniciar, si la situación nos sobrepasa anímicamente es bueno también acudir al psicólogo o psicóloga que nos acompañe en este cambio de etapa. Pero sobretodo pensar que la menopausia no es el fin sino el inicio de una época que según como la afrontemos puede ser muy placentera o todo lo contrario.




"Un buen camino lleva a un buen destino"

Dra. Mª Teresa Lluch Armell


domingo, 26 de agosto de 2018

El aceite de coco y otros despropósitos


El aceite de coco y otros despropósitos

 
Eran sobre los años sesenta cuando en la dieta habitual, se incluía el aceite de oliva  en los guisos y se condimentaban las ensaladas y platos crudos con él. Pero de repente la gran noticia promovida por la OMS: El aceite de oliva es” malísimo de la muerte”  porqué sube el colesterol y hay que consumir aceite de soja y/o semillas como el de girasol entre otros, así que la mayoría de la población española dejo de consumir su preciado y buenísimo aceite de oliva, además de elaboración autóctona por el consumo del aceite de soja, por supuesto mucho más barato y con precios muy competitivos. ¿Era un tema de salud o de base científica? No, de eso nada, era un tema de intereses económicos promovido por la administración Carter (USA), el llamado cacahuero que le interesaba comercializar sus excedentes de aceite de soja e introducir el del cacahuete.

 Posteriormente se fue viendo que esto era un despropósito y se volvió a ir incorporando en nuestra dieta el preciado aceite de oliva. Que por cierto se está empezando a cargar de nuevo contra él. Pero no solo ha ocurrido este tipo de intervenciones en este caso, sino que, así sucesivamente estamos presenciando beatificaciones y demonizaciones de los alimentos continuadamente.

Ahora le ha tocado al aceite de coco que de pasar a los alteres ha caído al pozo de los venenos, y que conste que no es para nada santo de mi devoción este aceite que a algunos les interesó meter a presión en el mercado, patrocinado por estrellas del cine como la Angelina Jolie. Y sin ninguna evidencia científica se le ha atribuido un montón de buenas propiedades entre las que destaca: que es cardiosaludable porque aumenta los niveles de HDL (coloquialmente llamado colesterol bueno) aunque se les olvida decir que también sube el LDL (colesterol malo) con lo cual nos quedamos como estábamos; vamos que sube el colesterol en general. También dicen que adelgaza, y válgame ¿Cómo puede adelgazar una grasa formada en un noventa por cien por ácidos grasos saturados? el doble que la mantequilla y la manteca de cerdo, vaya que mucho mejor tomar manteca de cerdo Ibérico de bellota, que esa, sí que va bien para disminuir el colesterol.

Pero ha tenido que ser, que desde Harvard  digan que es un veneno, y que no tiene ninguna de las propiedades beneficiosas para la salud que se le atribuyen, para que se ponga atención sobre el tema. Y es que cuando alguien de allí habla sobre temas de alimentación hay que dar por sentado que es: “palabrita del niño Jesús”, para nada sirven las investigaciones españolas o europeas. Porque vamos, hasta la fecha, no se han hecho investigaciones tan serias ni bien hechas como las que hacen ellos, como si detrás de ellos no hubiera también intereses económicos y solo los hubiera detrás de las que se hacen desde la industria alimentaria.

Y no solo eso,  también hay intereses económicos detrás de los estudios de la OMS. Y con ello no es que quiera defender a la industria alimentaria, pero tampoco a las investigaciones gubernamentales(sobre todo de las naciones ricas como USA) porque el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Así nos introdujeron en la imparable avalancha de fast food(comida rápida) responsable de la llamada epidemia de obesidad, pero ahora resulta que tiene la culpa la dieta Mediterránea.



En definitiva en el tema  de alimentación y nutrición estamos muy vendidos si hacemos caso de la amalgama de noticias y contradicciones que hay, y que siguen in crescendo y lo único que hacen es marear  a la población y crear modas alimentarias que resultan muy beneficiosas  para los intereses económicos de ciertos países e industrias alimentarias.

"Viajar entre nubes nos ayuda a cultivar la creatividad"

Dra. Mª Teresa Lluch Armell

lunes, 18 de junio de 2018

Lo nutrientes no son alimentos


Lo nutrientes no son alimentos


Es muy habitual confundir los nutrientes con alimentos, así se lee y se escucha muchas veces que si no hay que tomar carbohidratos por la noche que engordan, que si es mejor tomar una alimentación con más proteínas. Así uno acaba pensando que las proteínas son la carne y pescados etc. y que los carbohidratos son pan y cereales. Pero los nutrientes no son alimentos, sino, que los alimentos contienen en su composición, nutrientes y tampoco los nutrientes son alimentos sino que están en ellos.
Además  hay que tener en cuenta  que no hay nutrientes buenos o malos, sino que hay unas necesidades nutricionales que según la persona, edad, sexo, estado vital, se necesitan cubrir para  disfrutar de una buena salud. Luego, lo que sí que habrá  son nutrientes más o menos necesarios.

¿Qué se entiende por alimento?

 Según la FAO: Alimento es un producto natural o elaborado susceptible de ser ingerido y digerido, cuyas características lo hacen apto y agradable para su consumo, constituido por una mezcla de nutrientes que cumplen determinadas funciones en el organismo. Y ¿qué son los nutrientes?: Son sustancias químicas que se encuentran en los alimentos que se necesitan para el funcionamiento normal del organismo.

Los nutrientes se dividen principalmente en dos grandes grupos:
Los que se denominan macronutrientes porque son los que se encuentran en mayor cantidad en los alimentos y  además los necesitamos en mayor proporción, estos son: Los Carbohidratos, las proteínas, las grasas y la fibra dietética.
Y los que necesitamos en menor cantidad, denominados micronutrientes que los constituyen las vitaminas y minerales.

¿Que son alimentos ricos en nutrientes  o de alta densidad nutricional?

Así los alimentos más recomendados son los que tienen mayor número de nutrientes con respecto al aporte kilocalórico, que son los llamados “alimentos ricos en nutrientes” o de “alta densidad nutricional” entre ellos se encuentran: las frutas, verduras, frutos secos, cereales y granos enteros, legumbres, leche, huevos, pescado y carne.

A partir de esta diferenciación se entiende, que los alimentos no es que sean carbohidratos, grasas o proteínas, sino que debido a su composición en distintos nutrientes pueden ser mayores o menores fuentes de aporte de un nutriente determinado, porqué lo tienen en mayor cantidad frente a otros. Es decir por ejemplo los cereales como puede ser el trigo, aunque mayoritariamente aportan carbohidratos también aportan proteínas y grasas. Pero en sí el trigo no es un carbohidrato, sino que es una fuente rica de ellos.

La mejor forma de tener cubiertas nuestras necesidades nutricionales es a través de una alimentación variada y equilibrada en lo que respecta a los alimentos básicos y evitar el exceso de procesados y eliminar en lo posible los ultraprocesados.

            No hay ningún alimento que por sí solo aporte todos los nutrientes que necesitamos exceptuando la leche materna, pero solo en la infancia hasta que se tienen mayores requerimientos nutricionales que ésta  no cubre, de forma que los populares superalimentos son una falacia.

Los suplementos nutricionales  tampoco son alimentos, son nutrientes extraídos de sus alimentos u obtenidos químicamente y no deben formar parte de nuestra alimentación diaria, excepto en casos demostrados en que sea necesaria esta suplementación. La amalgama de productos formulados que se venden en gimnasios y que están muy de moda, lo único que acaban haciendo es dañar al hígado y el riñón.

En definitiva es interesante seleccionar alimentos que  nos aporten los nutrientes que necesitamos pero no confundirlos con los nutrientes en sí, algo que es muy fácil por la publicidad engañosa que se hace de muchos productos alimentarios.




"La calma está al alcance de quién desee encontrarla"

Dra. Mª Teresa Lluch Armell

lunes, 21 de mayo de 2018

Cómo perder peso y no morir en el intento


Cómo perder peso y no morir en el intento
En estas épocas postnavideñas, parece como si  perder peso fuera un reto . Cuando empezamos a aligerar la ropa o cuando está próximo  algún evento tipo bodas, comuniones o reuniones varias. Y válgame que no hay mayor error, que decidir perder peso de forma exprés y con dietas milagro, o con la amalgama de productos variopintos que  hay en el mercado, y que te hacen disminuir unas dos tallas, en un abrir y cerrar de ojos (un gran engaño). Y es que mantener la línea por llamarlo de alguna forma, no es tan solo hacer dieta, no, es más de adoptar hábitos alimentarios saludables. Si, así es, los hábitos nutricionales son la piedra filosofal de perder peso y no recuperarlo en un plis plas.

Si has decido que te sobra peso, no es recomendable hacerlo por tu cuenta y copiar la dieta del vecino, la de la tía Mari o la primera que te descargas de Internet. Lo adecuado es ponerte en manos de un buen profesional. Y ¿Qué hace un buen profesional de la nutrición? Para empezar es no darte una dieta que saca del cajón y que la pone a todo el mundo. Debe de realizar una encuesta de salud previa, que incluya además los últimos análisis de sangre y orina,  para saber si hay alguna patología a destacar, e  indagar  que es lo que comes  como mínimo durante cinco días,  y para ello hay que rellenar un cuestionario, que se denomina  “recuento de veinticuatro horas”. Hay que incluir  a qué hora realizas las distintas ingestas del día y cuáles son tus hábitos  nutricionales, así como cuál  es tu relación con la comida; aquí se valoraría  la parte psicológica del paciente.

Por otro lado hay que analizar la composición corporal, lo que se denomina medidas antropométricas, que son las que informan del porcentaje de agua, musculatura y grasa que se tiene. Esto se realiza mediante un aparato de bioimpedancia eléctrica y al menos da unos valores aproximados de dicha composición, aunque también se puede medir de forma manual.

  Esto es así porque el peso adecuado no solo va a depender de lo que se mide, sino también: de la edad, del tipo de vida y trabajo que se realice, de los antecedentes genéticos, si hay alguna patología asociada, si se practica deporte o no, y  sobre todo de la cantidad de grasa corporal que se tenga. Porque lo que determina principalmente si hay sobrepeso u obesidad es el porcentaje de grasa no el peso total.

Con ello quiero decir que perder peso, ni es tan fácil, ni se debe de hacer a tontas y a locas, ni en un tiempo récord.
Uno de los principales problemas de estas pérdidas exprés de peso es el efecto yo-yo, se bajan tres kilos y se recuperan más tarde seis. ¿Por qué ocurre esto? Sencillamente porque los hábitos alimenticios no han cambiado, se hace una dieta en plan sufrimiento, como si fuera la purga del tío Benito, para posteriormente comer todo lo que no se ha comido durante la restricción de alimentos. Además de que la pérdida rápida de peso se hace a costa del agua y de la musculatura, pero no de la grasa.

Más que dieta a mí me gusta hablar de recomendaciones nutricionales saludables para perder peso y adquirir buenos hábitos, entre ellas cabría destacar las siguientes: Aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, hortalizas e hidratos de carbono integrales. Disminuir en general o eliminar los productos ultraprocesados como bollerías, helados, pasteles industriales  y platos precocinados entre otros. Eliminar los refrescos azucarados. Disminuir el consumo de grasas saturadas y eliminar las trans(grasas parcialmente hidrogenadas). Disminuir en general el consumo de azúcares añadidos y simples.

Pero cambiar hábitos nutricionales, no es fácil y va a variar mucho de unas personas a otras. Optar por un buen profesional que nos guíe es lo más adecuado y sobre todo cuando no somos capaces de seguir unas buenas pautas dietéticas.
Os recomiendo leer mi post sobre Trastonos alimentarios y/o nutricionales que os acabará de aclarar este tema de pérdida de peso. 

"las aguas tranquilas remansan paz"

Dra. Mª Teresa Lluch Armell

domingo, 22 de abril de 2018

Desayuno si, desayuno no


Desayuno si, desayuno no
Parece ser que ahora está de moda decir que no hace falta desayunar, los argumentos son, que si no se tiene hambre pues que no es necesario, porque como con los desayunos, según comentan, lo único que se consigue es enriquecer  a la industria alimentaria que nos da a elegir entre una amalgama de bollerías varias, cereales saturados de azúcares añadidos, zumos que solo son agua y azúcar y demás calamidades alimentarias. Se ve según esto, que nadie tiene capacidad de decisión y no  sabemos  elegir un desayuno saludable.

De acuerdo con este razonamiento,  se podía hacer extenso, a que tampoco es necesario comer, ni cenar,  lo mejor sería  solo cuando se tenga hambre, menos mal que esto se dice en nombre de la ciencia, que no sé cómo sería si se dijera sin evidencia científica.
También se dice que no es la comida más importante del día y en eso estoy totalmente de acuerdo, lo que no sé, es cuando se ha dicho que tenga que serlo, a no ser en la cultura anglosajona y norteamericana.  Por otra parte se comenta que un buen desayuno sería tomar las sobras de la cena y claro, eso dependerá de lo que se cene, porque como sea embutido, y si sobra tal vez es porqué se están haciendo cenas excesivamente copiosas.
Se acusa a los desayunos de ser los culpables del aumento de la obesidad en España en los últimos años, como si las galletas se comieran desde hace dos días.

Una gran parte de  la población española no  tiene hábito del desayuno, la mayoría de los escolares niños y adolescentes  acuden a sus clases sin desayunar y el problema no es que  desayunen, el verdadero problema es ¿qué desayunan? y que si no lo hacen luego el almuerzo no suele ser nada saludable sino también bollerías y bocadillos de embutidos que o se llevan de casa porque es lo más rápido o se compran en las cafeterías  de los centros escolares si las tienen o lo proporcionan las empresas de restauración colectiva que gestionan el comedor. Pero fruta no se ve por ningún sitio, a no ser que se lleve de casa, lo cual es una muy buena opción.

Los hábitos alimentarios no se cambian de un plumazo, de forma que si tan sólo hace unos diez años que se empezó a hacer campaña sobre el buen hábito de desayunar, es demasiado pronto para valorar si esta intervención en promoción de la salud ha sido eficaz o no, y menos decir que es el desayuno el culpable del aumento de la obesidad. Lo será el consumo de ultraprocesados y precocinados a cualquier hora del día, que cada vez ha ido adquiriendo más adeptos, primero por su fácil consumo sin preparación y dado en la sociedad del estrés y las prisas en que nos movemos es una opción muy utilizada.
Con ello quiero decir que ya está bien de marear a la población para generar polémica y sensacionalismo, que las intervenciones de promoción de la salud no se hacen  desde los púlpitos y las potronas, se hacen desde las trincheras del día a día y son programas muy bien diseñados, con evidencia científica y con un gran trabajo para poderlos llevar acabo. Pero es muy fácil criticar para un beneficio propio o porqué a mí me va bien y no para un beneficio colectivo, que al fin y acabo es lo que debe hacer los buenos profesionales.

Por tanto desayunar  es un buen hábito ya no tan solo por el hecho de lo que se come, sino también porque es un momento de socialización familiar, un momento de compartir de buena mañana y no recargar solo las pilas fisiológicas sino también las psicológicas y anímicas. Luego un desayuno saludable  si hace falta, eso sí, lo que no hace falta es atiborrarse de comida de buena mañana, pero un desayuno frugal que no aporte más de un 15% de las kilocalorías totales del día es aconsejable siempre que se tolere bien.

"Detrás de la niebla se pueden encontrar mundos de ensueño"




Dra. Mª Teresa Lluch 

martes, 17 de abril de 2018

Qué y cómo comer en la insuficiencia renal. Parte I


Primeramente os quería dar una pequeña introducción informativa de qué es la insuficiencia renal:

¿Qué es la insuficiencia renal?

Se entiende por insuficiencia renal, a la pérdida de capacidad de la función de los riñones, de forma, que estos  no pueden filtrar adecuadamente las toxinas y otras sustancias de desecho de la sangre. Se puede presentar de dos formas principalmente: La insuficiencia renal aguda, y la crónica. La aguda se produce cuando la pérdida de función renal es repentina, y la crónica cuando la pérdida de la función renal se va produciendo paulatinamente y de forma irreversible.

¿Cuándo se considera que hay insuficiencia renal?

Se considera que hay  insuficiencia Renal cuando la filtración glomerular es inferior a sesenta. El filtrado glomerular indica la cantidad aproximada de sangre que filtran los glomérulos del riñón por minuto y este va a depender de los niveles de: la creatinina en sangre, del peso, edad, sexo, entre otras características.
Es necesaria una intervención dietético- nutricional cuando el comentado filtrado glomerular es inferior a sesenta, y, cuando es inferior a 15 o cercana ya es necesaria la diálisis o trasplante de riñón.
¿En qué consistirá un plan dietético-nutricional para una insuficiencia renal?
Para diseñar un buen plan dietético para la insuficiente renal hay que tener cuenta, además, que esta puede causar complicaciones como: la hipertensión arterial, anemia, huesos débiles y daño nervioso. También aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Por lo tanto lo mejor es un diseño de recomendaciones dietéticas personalizadas, de acuerdo con las patologías y el índice de filtrado glomerular que se tenga, pero en general, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Reducir el consumo de  proteínas ya que tienen un alto peso molecular, esto quiere decir que son moléculas de gran volumen, y pueden afectar al riñón.
Es muy  importante tener controlado el aporte de potasio, sodio y fósforo(se detalla más abajo) para evitar un exceso en sangre y consiguiente toxicidad. Además hay que  aportar las Kilocalorías necesarias para prevenir la desnutrición y el sobrepeso u obesidad.
En definitiva: Una dieta renal es el conjunto de recomendaciones dietéticas que pretenden conseguir una alimentación adecuada, y al mismo tiempo tratar de evitar la acumulación de productos tóxicos que el riñón no es capaz de eliminar.

¿Qué comer en la insuficiencia renal?

Recomendaciones dietéticas nutricionales para la insuficiencia renal

A continuación expongo los puntos más importantes a tener en cuenta:
-          Hay que disminuir la ingesta de: carnes, embutidos, mantequilla, pastelería y
bollería industrial, comidas preparadas, aceite de palma, grasas hidrogenadas o trans.

-        Es mejor consumir los lácteos enteros o semidesnatados ya que contienen menor
cantidad de fósforo que los desnatados.
-          Evitar  los alimentos ricos en sodio(salazones, productos curados, comidas
preparadas, encurtidos, sopas de sobre, etc.) y no añadir sal de mesa ni de régimen, ni salsas comerciales a los alimentos
-          Cuidado con el potasio
Es muy importante controlar la ingesta de potasio en la insuficiencia renal. Como este se encuentra en la mayoría de alimentos, especialmente en frutas, verduras y legumbres es muy
 aconsejable aplicar las siguientes técnicas culinarias cuyo objetivo es disminuirlo:


*Aplique técnicas de remojo y doble cocción al cocinar
Las hortalizas, verduras, patatas, setas y legumbres. El potasio pasará al agua, con lo que se consigue reducir su contenido a casi la mitad:

Remojo:
Pele y corte en trozos pequeños y finos los alimentos que lo permitan, déjelos en remojo durante 12-24 horas en abundante agua, y cambie el agua todas las veces que le sea posible.
Doble cocción:
Tire el agua del remojo y ponga a cocer el alimento en abundante agua. Cuando rompa a hervir, tire esa agua y añada agua caliente de nuevo y vuelva a llevar a una ebullición prolongada.

*Deseche el caldo de la cocción y no lo consuma.
*Utilice preferentemente verdura congelada
Tiene menos potasio que la fresca. Para congelarla en casa, córtela y escáldela en agua hirviendo unos minutos antes de introducirla en el congelador. Aun así, cocínelas con ebullición prolongada y cambie el agua a mitad de cocción.
*Desale los vegetales en lata
Escúrralos y póngalos en remojo durante 2 ó 3 horas.
*Cocine las frutas o consúmalas en conserva
Porque reducen su contenido en potasio. Es aconsejable tomarlas hervidas, en su jugo pero eliminándolo, en confituras, mermeladas o compotas.
Tenga en cuenta que si se asan en el horno o microondas no pierden el potasio.

-          Cuidado con el fósforo
En la Insuficiencia Renal, el organismo no puede eliminar el fósforo y los niveles altos en sangre provocan la salida de calcio de los huesos, debilitándolos y favoreciendo los cálculos.
Para reducir el nivel de fósforo en sangre habría que seguir las siguientes pautas:

Se puede consumir pero con limitaciones
Leche de una a media ración al día.
Las legumbres se limitan de una a dos veces por semana.
Consumo preferente de pescado blanco, pero al menos una vez a la semana pescado azul, aunque la ración debe ser más pequeña que si es blanco.
 De dos a tres huevos por semana.
 Reducir  el consumo de:
Quesos, leche enriquecida y derivados lácteos
Salvado y germen de trigo.
Frutas y frutos secos.
Guisantes frescos y congelados, champiñones, setas.
Cereales de desayuno: avena, mueslis, bollería, pasta al huevo.
Vísceras y mollejas, pescados ahumados y salazones, mariscos, crustáceos, moluscos.
Pastelería, bollería, chocolate y cacao.
Productos integrales.

La alimentación como podéis observar, en el paciente renal es complicada en un principio, va a variar dependiendo como he comentado anteriormente de unos pacientes a otros según como tengan de avanzada  la insuficiencia renal, analíticas y otras patologías que puedan tener asociadas (hipertensión, diabetes, dislipemias etc.) por ello es mejor acudir a un profesional de la nutrición para que diseñe de forma personalizada los requerimientos de cada paciente.


"La vida nos arrolla a veces sin querer"

Dra. Mª Teresa Lluch Armell