lunes, 2 de octubre de 2017


El zumo de naranja casero no es pecado

Es curioso como el sensacionalismo, los sálvame de luxe y los `populismos políticos abanderados por el señor Trump, también ha llegado a los temas de salud, muy especialmente al campo de la nutrición y alimentación. Se utilizan ciertas recomendaciones basadas en estudios epidemiológicos de baja o moderada fiabilidad para mover a toda una población a consumir los alimentos que interesan en un momento determinado.
Es verdad que el consumo de azúcares por la población es excesivo y que se debe de ir reduciendo paulatinamente, sobre todo de azúcares añadidos. La OMS diferencia  entre azúcares intrínsecos y libres, recomendando que estos últimos no deban aportar más de un 5 % del  55% de la ingesta diaria de azúcares totales. A sí mismo, considera como  azúcares  libres,  los monosacáridos y los disacáridos añadidos a los alimentos por los fabricantes, los cocineros o los consumidores, así como los azúcares presentes de forma natural en la miel, los jarabes, los jugos de fruta y los concentrados de jugo de fruta.
Bajo esta premisa, la cual me parece interesante excepto en el punto de los zumos y triturados. Los talibanes del azúcar han montado una campaña muy polémica, en donde hasta el zumo de naranja recién exprimido en casa, triturados o licuados de frutas son según ellos  una aberración nutricional.  Si seguimos a este paso de calvo a siete pelucas, mejor no comemos nada y levitamos.


Se basan que una vez  extraído el zumo de una fruta, solo es agua y azúcar y exceso de vitaminas, a este respecto tengo que decir, que si bien es mejor comer la fruta entera y con ello disfrutamos de un buen contenido en fibra, la cual se elimina al tomar solo la parte liquida de la fruta, no es ningún pecado ingerir algún zumo durante el día sobre todo las personas que no consumen  al menos cinco piezas entre frutas y verduras. Que los zumos no sólo son agua y fructosa,  azúcar componente habitual de frutas y verduras, sino que, también contiene además de vitaminas, minerales y pigmentos entre lo que se encuentran los  carotenoides  y  flavonoides, los cuales son antioxidantes,º muy  beneficiosos para la prevención de canceres, y enfermedades cardiovasculares,  entre sus muchas propiedades.
Con ello quiero decir, que no es bueno sacar las cosas de quicio,  y sobre todo cuando los estudios científicos en los que se basan estas conclusiones no son de alta fiabilidad, lo que hay es que dar respuestas, si es bueno reducir el consumo de azúcares simples y refinados, dícese azúcares libres.  Pero para ello no hay que radicalizar, ya que lo que se conseguirá  es que la población harta ya de tantas restricciones y de que todo lo que comemos es malo, no haga caso de ninguna recomendación nutricional.

En definitiva, es recomendable reducir al máximo las bebidas edulcoradas tipo refrescos,  los zumos procesados provenientes de zumos  concentrados y después reconstituidos, la amalgama de bebidas que en defensa de las propiedades de las frutas nos invaden en el mercado sin tener ninguna propiedad de las mismas, solo ser agradables al paladar por su dulzor.  Pero con respecto a los zumos, y triturados de frutas y verduras caseros, así como los procesados mediante bajas temperaturas, pasteurizados y envasados, considero son una buena opción, sobre todo  cuando se come pocas frutas y verduras,  así  como dependiendo de las necesidades nutricionales particulares de cada persona.
"las pequeñas cosas dan sentido y calidez a la vida"

T. Lluch

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