Los azúcares
añadidos se definen como los azúcares y jarabes que se agregan a los alimentos
durante su preparación o elaboración, por ello se presentan principalmente en
los alimentos procesados como bollería, salsas, mermeladas, conservas etc. así
como en los refrescos y bebidas azucaradas entre otros. La OMS ha diferenciado
entre azúcares extrínsecos en los que incluye los azúcares añadidos que he
comentado así como los azúcares presentes de forma natural en la miel, los
jarabes, los jugos de fruta y los concentrados de jugo de fruta y los
intrínsecos que son los que se encuentran en las frutas y las verduras enteras
frescas.
¿Hay
exceso de azúcares añadidos?
En los últimos años ha habido una batalla campal en
contra del consumo de azúcares, no es que sea nada nuevo aunque se quiera convencer
de que sí, sencillamente es que se ha polemizado. Son las bebidas refrescantes y
azucaradas por excelencia las más problemáticas y aunque desde hace ya tiempo
se dijo que no eran adecuadas y que no se debían utilizar en sustitución del agua,
se siguen consumiendo en exceso y cada
vez son más las que hay en el mercado y más variopintas. Las de más de moda las
llamadas energetizantes que además de una bomba azucarada incluyen una alta
concentración de cafeína además de taurina, guaraná etc. El problema más grave
es que el tramo de población que más las consumen, son principalmente niños y
adolescentes.
El azúcar se ha ido incorporando cada vez a más
productos procesados y se han ido aumentando su concentración. Esto ha derivado
según últimos estudios a un aumento de obesidad, diabetes tipo II y
complicaciones que ello conlleva. Además el azúcar es bastante adictivo.
Con todas estas campañas contra el azúcar que no es
que no esté de acuerdo, pero no lo estoy de la forma que se está haciendo porque
lo único que se va a conseguir con ello, ya no es solo reducir la cantidad de
azúcares añadidos sino además que se
aumente vertiginosamente el uso de edulcorantes artificiales.
¿Cuál
es el principal problema?
El principal problema es que el umbral del sabor
dulce en la población ha aumentado por
el exceso del mismo en los alimentos, es decir que para que encontremos los
alimentos dulces cada vez necesitamos cantidades más altas de azúcares
añadidos, debido a que se están utilizando en muchos alimentos de uso diario
incluso en la formulación de alimentos salados. Por ello aunque se diga que se
va a reducir la concentración de azúcares paulatinamente como se ha propuesto
con el acuerdo que se ha establecido desde Sanidad y el Aecosan con las industrias
alimentarias no se dice nada de que esta reducción no se haga añadiendo
edulcorantes. Los edulcorantes artificiales aunque son acalóricos siguen manteniendo
el umbral del sabor dulce alto y además disminuyen la saciedad al igual que los
azúcares añadidos. Además de estar relacionados algunos de ellos con el
desarrollo de ciertos tipos de cánceres.
¿Son
mejores los edulcorantes que los azúcares?
La verdad es que si la solución va ser sustituir el
azúcar por edulcorantes, no sé si va a ser peor el remedio que la enfermedad. Porque
todo en su medida está bien, al menos la cantidad de azúcares extrínsecos ya se
considera que una medida máxima es el 10% de la ingesta kilocalórica total, se está
estudiando desde la OMS el disminuirlo al 5%. Pero me pregunto ¿se sabe La
cantidad máxima segura y adecuada para la salud de los distintos tipos de
edulcorantes?, creo que de momento no a lo que se refiere en general del total
de la amalgama de edulcorantes artificiales que hay en el mercado. Por lo tanto
se corre el riesgo de que se empiecen a introducir un porcentaje alto de
edulcorantes a medida que se disminuye la concentración de azúcares.
Esto me recuerda el caso de la mantequilla cuando se
empezó a demonizar y se fue sustituyendo por las bien llegadas grasas vegetales
(parma y coco) y grasas trans.
¿Cuál
es la solución?
La mejor solución es ir reduciendo la cantidad de
azúcar añadido pero no a costa de sustituirlo por edulcorantes porque luego
tendremos el problema del exceso de edulcorantes. Si se disminuyen paulatinamente, el umbral de
sabor dulce se irá bajando de forma que con menos azúcares añadidos los
alimentos nos parecerán igual de dulces.
"La fuerza del agua puede limar las piedras"
Dra. Teresa LLuch Armell
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