jueves, 22 de febrero de 2018

Lo insano de lo muy sano

Lo insano de lo muy sano

                                       
No hay nada más insano que estar obsesionado por lo sano. Cada vez es más la avalancha, principalmente con el boom de las redes sociales y que todo el mundo sabe mucho de todo, en especial en lo que se refiere a alimentación y vida saludable. No hay día que no se lea una noticia nueva,  sobre alimentación y salud,  en la que  no nos digan que alimentos son buenos para no  desarrollar cánceres, obesidad ni enfermedades cardiovasculares, y qué consumir para ser prácticamente eternos.

Pero el problema principal radica en que donde unos dicen una cosa otros la desdicen. Lo que antes era bueno ahora es malísimo, en el nombre de una ciencia sesgada inculcan sus ideas, buscando más que nada el sensacionalismo. Y la cuestión, es que nadie está en posesión de la verdad absoluta. Nos quieren vender ahora, la gran idea, como novedad, de que las comidas preparadas y a la amalgama de productos  procesados que hay en el mercado son insanas. Sí señores, esto está claro, pero no se sabe de ahora, no, hace ya más de 20 años cuando el boom de la Fast Food, cuando se inició la americanización de la comida europea,  y con ello fue cuando empezó a aumentar la obesidad, al menos aquí en España, al dejar el buen hábito de la comida mediterránea por la comida rápida.

Cada vez hay más productos  cubriendo el hueco de mercado, que generan  los abanderados de lo muy sano, (que ya da que pensar) y que  no sean ellos justamente, los que dicen ir en contra de la industria alimentaria, los que al final de la copla estén pagados por ella; para generar productos nuevos(los lights, sin grasas, sin azúcar, los bios…) y traer alimentos de la otra parte del mundo; porque según ellos son buenísimos, a costa de los productos de cercanía.

 En nombre de lo biológico también llamado orgánico, y la sostenibilidad, se están desarrollando cada vez más productos con los cuales se consigue justamente todo lo contrario a un planeta más sostenible, lo que se está consiguiendo es degradarlo  más. Y por otra parte son productos prohibitivos económicamente.

            En este sistema capitalista, se vende la salud, como algo que solo los mejores, los más sanos, la élite son los únicos dignos de tenerla, mientras que el que enferma es una escoria humana de la que hay que deshacerse Así que se pasa de unos extremos a otros sin tener en cuenta los intermedios, algo muy generalizado en la sociedad actual.

 La moralización de la salud de los sano y no sano ha alcanzado cuotas asfixiantesDe forma que el exceso de lo sano está dando lugar a comportamientos insanos: aumentando los trastornos obsesivos,  trastornos de ansiedad generalizada  y depresión, así como la amalgama de trastornos alimentarios. Estar continuamente pendiente de lo que es conveniente o no para nuestra salud, como el  único centro de nuestras vidas conduce, al narcisismo. En este sentido ha ido en aumento, el machacarse en el gimnasio, el culto al cuerpo, la productividad, el desprecio hacia los que no son tan supuestamente sanos como nosotros.

En definitiva, con la promoción de la salud que se hace desde redes sociales y programas televisivos de divulgación de la salud, los extremos están servidos, entre los negligentes con su salud y los excesivamente sanos. Mensaje que confunde seriamente a la mayoría de la población, que ya no sabe  a qué pautas alimentarias y de salud hacer caso, por el sensacionalismo que se está generando.

 

"La placidez del mar nos invita a soñar"




Dra. Mª Teresa Lluch Armell

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