Lo insano de lo muy sano
No hay nada más insano
que estar obsesionado por lo sano. Cada vez es más la avalancha, principalmente
con el boom de las redes sociales y que todo el mundo sabe mucho de todo, en
especial en lo que se refiere a alimentación y vida saludable. No hay día que
no se lea una noticia nueva, sobre
alimentación y salud, en la que no nos digan que alimentos son buenos para
no desarrollar cánceres, obesidad ni
enfermedades cardiovasculares, y qué consumir para ser prácticamente eternos.
Pero el problema principal radica en
que donde unos dicen una cosa otros la desdicen. Lo que antes era bueno ahora
es malísimo, en el nombre de una ciencia sesgada inculcan sus ideas, buscando
más que nada el sensacionalismo. Y la cuestión, es que nadie está en posesión
de la verdad absoluta. Nos quieren vender ahora, la gran idea, como novedad, de
que las comidas preparadas y a la amalgama de productos procesados que hay en el mercado son insanas.
Sí señores, esto está claro, pero no se sabe de ahora, no, hace ya más de 20
años cuando el boom de la Fast Food, cuando se inició la americanización de la
comida europea, y con ello fue cuando
empezó a aumentar la obesidad, al menos aquí en España, al dejar el buen hábito
de la comida mediterránea por la comida rápida.
Cada vez hay más
productos cubriendo el hueco de mercado, que
generan los abanderados de lo muy sano,
(que ya da que pensar) y que no sean
ellos justamente, los que dicen ir en contra de la industria alimentaria, los
que al final de la copla estén pagados por ella; para generar productos nuevos(los
lights, sin grasas, sin azúcar, los bios…) y traer alimentos de la otra parte
del mundo; porque según ellos son buenísimos, a costa de los productos de
cercanía.
En nombre de lo biológico también llamado
orgánico, y la sostenibilidad, se están desarrollando cada vez más productos
con los cuales se consigue justamente todo lo contrario a un planeta más
sostenible, lo que se está consiguiendo es degradarlo más. Y por otra parte son productos prohibitivos
económicamente.
En este sistema capitalista, se vende
la salud, como algo que solo los mejores, los más sanos, la élite son los
únicos dignos de tenerla, mientras que el que enferma es una escoria humana de
la que hay que deshacerse Así que se pasa de unos extremos a otros sin tener en
cuenta los intermedios, algo muy generalizado en la sociedad actual.
La moralización de la salud de los sano y no
sano ha alcanzado cuotas asfixiantes. De forma que el exceso de lo sano está
dando lugar a comportamientos insanos: aumentando los trastornos obsesivos, trastornos de ansiedad generalizada y depresión, así como la amalgama de
trastornos alimentarios. Estar continuamente pendiente de lo que es conveniente
o no para nuestra salud, como el único
centro de nuestras vidas conduce, al narcisismo. En este sentido ha ido en
aumento, el machacarse en el gimnasio, el culto al cuerpo, la productividad, el
desprecio hacia los que no son tan supuestamente sanos como nosotros.
En definitiva, con la
promoción de la salud que se hace desde redes sociales y programas televisivos
de divulgación de la salud, los extremos están servidos, entre los negligentes
con su salud y los excesivamente sanos. Mensaje que confunde seriamente a la mayoría
de la población, que ya no sabe a qué
pautas alimentarias y de salud hacer caso, por el sensacionalismo que se está
generando.
"La placidez del mar nos invita a soñar"
Dra. Mª Teresa Lluch Armell
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