Capítulo IX
Cuando el corazón pierde los colores.
A los románticos en muchas ocasiones su corazón pierde
los colores y se vuelve gris y triste. ¿Y sabéis por qué?, por que somos muy
sensibles, porque amamos la vida, porque en muchas ocasiones la vida te coge
como si fueras un saco de boxeo y empieza a darte por todos los sitios.
Entonces nos sentimos frágiles y desubicados, con lo fácil que tenemos ser
felices los románticos, una llamada de ánimo, una sonrisa, una palabra dulce de
esa gente que ahora llaman vitamina, sí esa gente que te da buena vibra y te
alegra el día. Somos felices con las cosas sencillas de la vida (un amanecer,
un café, una mano amiga...). Pero cuando las garrapatas empiezan a colgársete al
cuello y quitarte la energía, con su envidia, su frustración, su soberbia, sus
dramas fuera de tiesto. Entonces la batería de la energía positiva se nos va bajando
y acabamos así: con un corazón sin colores. Pero amigos románticos no nos vamos
a dejar hundir por esas gentes perversas, por esas noticias incesantes de desánimo,
por un mundo sin ilusión. Tratemos de soportar lo insoportable de la vida con
lo mejor que sabemos hacer y es: emocionarnos, sentir el amor, la simpatía, el
llanto, la alegría, y compartirla con las personas que realmente las saben
apreciar. Así poco a poco, con paciencia y aprendiendo de nuestro deseo, volvemos
a dar color a nuestro corazón.
Os dejo mi IX romance titulado:
Los colores del corazón
Quiero recobrar los colores de mi corazón
Quiero recobrar la sonrisa y la dulzura de tu mirada
que me colorean el rosa.
Quiero recobrar la ilusión y la bondad de las personas
que me colorean el azul.
Quiero volver a ver el baile de la amistad
que me colorea el verde.
Quiero recobrar todos los colores de mi corazón
que me dan la felicidad, y borrar los que lo cubren de
tristeza y oscuridad.
Quiero que las personas que saben amar consigan
también
recobrar los colores de su corazón, que les den paz y
libertad.
Quiero que tu corazón se ilumine y brille con los
mejores
colores del amor y la satisfacción.
Betty Ryan
Muy bonito, esperando ya el próximo
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