Hola amigos.
Aquí estoy de nuevo con vosotros, esta vez estoy
triste, y es que ha fallecido un ser muy querido para mí. Enfrentarse a la
muerte de las personas a las que amamos es muy duro y aún más para los
románticos, pero también es verdad que la muerte forma parte de la vida, aunque
nos cueste de procesar y entender.
Cuando asistí al oficio religioso, aunque yo no sea
religiosa, el fallecido si lo era. Me llamó la atención una metáfora que nos
relató el sacerdote: según él la vida es como subirse a un tren sin saber en
qué parada te toca bajar. Al principio del trayecto vas construyendo vida,
conociendo gente, acumulando momentos, y a medida que transcurre el tiempo, hay
personas que forman parte de tu vida que se van apeando y las dejas de tener a
tu lado, y vas perdiendo lo que habías ganado, hasta que al final llega un
momento en que nos toca a nosotros. Pero no hay nada que temer porque cuando
bajemos del tren estará Cristo para recibirnos y todos nuestros seres queridos.
Claramente es una visión cristiana contada por un sacerdote católico. Pero con
lo que yo me quedé de la metáfora es más romántico y es que, aunque en ese
trayecto de la vida vayamos perdiendo seres queridos, ellos permanecen en
nuestro corazón y que pensar solo en lo que se pierde, y no en lo que aún queda
y en lo que podemos aún conocer, es una visión muy triste. Tal vez decir más
veces te quiero a las personas que aprecias y abrazarlas, nos haga sentir mucho
mejor con nosotros y con el entorno en que vivimos. Y recordar: a veces se
quiere más de lo que uno cree y puede, así que no nos arrepintamos después de
no haberlo demostrado. Tras la muerte puede ser ya tarde.
BÚSCAME DESPUÉS DE LA MUERTE
Búscame en aquel río,
en donde la luz y el agua
broten en su mismo nacimiento,
y su fuente insaciable es caudalosa, brillante.
El magnetismo florece entre la hiedra
que alimenta su vida.
La nada se pierde entre el vaporoso frío,
tu identidad es ahora real,
las dudas se desvanecen,
los contrarios se unen.
Eres el uno integro de ti mismo,
la lucha ha terminado, eres perfecto, eres sabio.
Búscame en aquel río,
cuando ya no me veas,
cuando mi forma se desvanezca,
cuando tus manos no rocen mi cuerpo.
Estaré allí, en aquel río,
vida y muerte ya no son dispares.
Solo se existe, se renace, se siente.
Nos amamos.
Betty Ryan
Iban paseando Espronceda y Quevedo, cuando encontraron
en el camino una calavera por la que asomaba una flor. Entonces Quevedo dijo:
¡Oh flor que mal naciste!,
que al primer paso que diste
te encontraste con la muerte.
El dejarla es cosa triste,
Más el cortarla es cosa fuerte,
pero el dejarla con la vida es dejarla con la muerte.
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