miércoles, 28 de febrero de 2024

Historias de Betty la romántica. Capítulo VII

 

Capítulo VII

Hola amigos.

Parece ser que últimamente no tengo muy buenas noticias para daros, pero sí la esperanza de tenerlas, y de seguir en ese devenir romántico. Hoy os dejaré un relato en vez de un romance, in memóriam de las personas fallecidas en el trágico incendio que ocurrió este jueves en el barrio de Campanar en Valencia, y esperanza para los afectados.

 

 Un fuego devastador

Ayer por la noche sentados en el sofá, mi mujer y yo escuchábamos sonrientes el primer ajo de nuestro bebé, mientras Julia correteaba pidiendo atención, ahora hace quince días somos cuatro en la familia, y está celosilla. Toda transcurría en calma, nada nos hacia estar alerta, cansados de un día agotador de trabajo y crianza, la noche nos sumía en nuestros sueños de ver crecer a nuestros hijos felices, de las pelis que veríamos juntos, de las Navidades llenas de risas y regalos, de las vacaciones del próximo verano en familia. Alegrías y también temores e incertidumbres, pero sobre todo ganas de vivir.

Pero hoy, hoy todo ha cambiado, así de un plumazo. Se inició un incendio en el piso de un vecino, justo el del cascarrabias que nunca saluda cuando entra en el ascensor, pero eso es lo de menos porque ahora ya no vive ahí. Cuando nos avisaron de que las llamas se expandían, intentamos salir, pero nos dijeron que mejor nos quedáramos dentro de casa y tapáramos todas las entradas con toallas mojadas para evitar inhalar humo, así que nos atrincheramos los cuatro en el baño, por ser el lugar más seguro, los niños no podían respirar ese humo tan tóxico, había que protegerlos. Pero aquello se convirtió en un infierno, nuestro único contacto con el exterior era a través del móvil, y lo que en principio era esperanza se convirtió en tragedia. No podían rescatarnos, casi mueren en el intento, y en unos segundos la obscuridad se iba ciñendo más y más sobre nosotros, no había escapatoria. Los sueños de ayer eran losas que nos ahogaban, ya nunca los podríamos realizar. Nos abrazamos acurrucándonos y el humo y el fuego se nos llevó. Fue como si nada existiera, para después sentir una luz cegadora que nos atraía hacia una paz infinita. Ahora ya somos libres, podemos volar, hemos salido del infierno, los niños están a salvo. 

En la calle el horror, los bomberos apesadumbrados no entienden el porqué de este fuego devastador, que no pueden controlar. Gente rota, vidas quebradas, triste esperanza. Nosotros miramos atrás y nos despedimos poniendo rumbo a lo desconocido, tal vez en este nuevo mundo encontremos los sueños que el fuego nos arrebató. Adiós.

 

 

Betty Ryan

T. Lluch

 

lunes, 5 de febrero de 2024

Historias de Betty la romántica. Capítulo VI

 

Capítulo VI

Hola amigos.

Aquí estoy de nuevo con vosotros, esta vez estoy triste, y es que ha fallecido un ser muy querido para mí. Enfrentarse a la muerte de las personas a las que amamos es muy duro y aún más para los románticos, pero también es verdad que la muerte forma parte de la vida, aunque nos cueste de procesar y entender.

Cuando asistí al oficio religioso, aunque yo no sea religiosa, el fallecido si lo era. Me llamó la atención una metáfora que nos relató el sacerdote: según él la vida es como subirse a un tren sin saber en qué parada te toca bajar. Al principio del trayecto vas construyendo vida, conociendo gente, acumulando momentos, y a medida que transcurre el tiempo, hay personas que forman parte de tu vida que se van apeando y las dejas de tener a tu lado, y vas perdiendo lo que habías ganado, hasta que al final llega un momento en que nos toca a nosotros. Pero no hay nada que temer porque cuando bajemos del tren estará Cristo para recibirnos y todos nuestros seres queridos. Claramente es una visión cristiana contada por un sacerdote católico. Pero con lo que yo me quedé de la metáfora es más romántico y es que, aunque en ese trayecto de la vida vayamos perdiendo seres queridos, ellos permanecen en nuestro corazón y que pensar solo en lo que se pierde, y no en lo que aún queda y en lo que podemos aún conocer, es una visión muy triste. Tal vez decir más veces te quiero a las personas que aprecias y abrazarlas, nos haga sentir mucho mejor con nosotros y con el entorno en que vivimos. Y recordar: a veces se quiere más de lo que uno cree y puede, así que no nos arrepintamos después de no haberlo demostrado. Tras la muerte puede ser ya tarde.


 VI ROMANCE

 

BÚSCAME DESPUÉS DE LA MUERTE

Búscame en aquel río,

en donde la luz y el agua

broten en su mismo nacimiento,

y su fuente insaciable es caudalosa, brillante.

El magnetismo florece entre la hiedra

que alimenta su vida.

La nada se pierde entre el vaporoso frío,

tu identidad es ahora real,

las dudas se desvanecen,

los contrarios se unen.

Eres el uno integro de ti mismo,

la lucha ha terminado, eres perfecto, eres sabio.

Búscame en aquel río,

cuando ya no me veas,

cuando mi forma se desvanezca,

cuando tus manos no rocen mi cuerpo.

Estaré allí, en aquel río,

vida y muerte ya no son dispares.

Solo se existe, se renace, se siente.

Nos amamos.

 

Betty Ryan

 

Iban paseando Espronceda y Quevedo, cuando encontraron en el camino una calavera por la que asomaba una flor. Entonces Quevedo dijo:

 

¡Oh flor que mal naciste!,

que al primer paso que diste

te encontraste con la muerte.

El dejarla es cosa triste,

Más el cortarla es cosa fuerte,

pero el dejarla con la vida es dejarla con la muerte.