Tratamiento farmacológico del Colesterol. Parte III
En este post sobre el colesterol quiero hablaros de su tratamiento farmacológico. A
continuación os dejo los enlaces de los dos anteriores post y así tendréis una
información completa de cómo abordar la hipercolesterolemia desde distintas
perspectivas.
Puntualizar que el
tratamiento farmacológico no sustituye ni es incompatible con la intervención
nutricional, al contrario, primero que nada hay que seguir unos hábitos
nutricionales y de vida saludables, si con ello no se consigue reducir la
hipercolesterolemia y /o equilibrar las fracciones (HDL/LDL) del colesterol, entonces se tienen que
valorar: los factores de riesgo
personales, edad, estado de salud,
efectos secundarios del uso de la medicación
y una vez estudiado estos parámetros se recurriría o no a la medicación.
Pero aunque ésta se esté tomando hay que
seguir con los hábitos saludables.
Entre los fármacos que se utilizan para el control del
colesterol se encuentran: Las estatinas,
las resinas fijadoras de ácidos biliares,
los inhibidores de la absorción del colesterol y los medicamentos
inyectables.
Me extenderé un poco en
las más utilizadas, que son las estatinas, las cuales actúan inhibiendo la acción
de un enzima(La 3-hidroxi-3metilglutaril coenzima A(HMG-CoA) reductasa) que interviene
en la síntesis de colesterol tanto a
nivel hepático pero también en otros tejidos del organismo. De esta forma, al disminuir la producción de colesterol, el hígado
comienza a producir más receptores de LDL, y con ello se consigue reducir los
niveles de este tipo de colesterol (LDL) en sangre. Es decir: Las estatinas
aparte de disminuir los niveles de colesterol también ayudan a reabsorberlo de los
depósitos que se forman en las paredes de las arterias, lo que puede llegar a
mejorar la enfermedad de las arterias coronarias.
Las estatinas se
pueden diferenciar en función de su potencia. Así hay estatinas de baja potencia que se
utilizan poco,como: lovastatina(Altoprev) y fluvastatina(Lescol);
estatinas de media potencia, que reducen aproximadamente un 30-40% el
colesterol LDL, entre las que se encuentran: simvastatina(Zocor), pitavastatina(Livalo)
y pravastatina(Pracachol); y las de alta potencia, como atorvastatina(Lipitor) y,
sobre todo, rosuvastatina(Crestor), la estatina de mayor potencia
que puede reducir los niveles de colesterol LDL entre un 50 y 60%.
Está potencia también se ajusta con la cantidad de principio
activo que se tome. Aunque las estatinas se prescriben habitualmente cuando el
colesterol esta alto y para prevenir riesgos cardiovasculares. Estás no están
exentas de riesgos según diferentes estudios, por ello se deben de tomar siempre
bajo prescripción médica, para valorar los beneficios con respecto a los
riesgos.
Entre los efectos secundarios que se relacionan con el consumo de
estatinas se encuentran:
-Dolor y daño muscular:
El dolor muscular se puede presentar como inflamación, cansancio
o debilidad en los músculos. El dolor puede ser una molestia leve o un dolor
intenso que dificulte las actividades diarias. Las molestias desaparecen al
poco de dejar de tomar la medicación o cambiar de estatina o a dosis más bajas.
En casos
muy poco frecuentes, las estatinas pueden causar daño muscular que ponga en
riesgo la vida, denominado «rabdomiólisis». La rabdomiólisis puede causar dolor
muscular intenso, daño hepático, insuficiencia renal y muerte.
- Molestias digestivas:
Es habitual sufrir digestiones lentas, malestar abdominal,
reflujo entre otros. Esto se debe a que las estatinas pueden aumentar los enzimas
hepáticos Por ello, cuando se toman habitualmente, es recomendable
hacer análisis de sangre periódicos para comprobar que las enzimas hepáticas (transaminasas)
no se hayan alterado y
haya inflamación hepática.
-Alteraciones neurológicas:
En algunos casos se puede tener confusión,
olvidos y pérdida de memoria.
Por suerte, estas alteraciones cognitivas desaparecen cuando se
suspende el tratamiento. Si se presentan hay que
consultarlo con el médico.También puede aparecer insomio, mareos, visión borrosa, erupciones cutáneas y cefaleas
-Aumento de la glucosa en sangre y riesgo de diabetes
tipo II:
Es otra de las consecuencias que puede acarrear el
tratamiento con estatinas, y sucede si se toman a largo plazo durante más de 4
años y en dosis elevadas.
-Riesgo de cataratas:
Más recientemente hay estudio como el publicado en la revista JAMA Oftalmology que
ha demostrado que las personas que
toman estatinas tienen un 27% más riesgo de sufrir este
problema ocular, que los que no las toman.
·
Beta-sitosterol (que se encuentra en suplementos orales y en algunas
margarinas, como Promise Activ)
·
Plantago ovata (que se encuentra en la cáscara de la semilla y en productos
como el Metamucil)
·
Sitostanol (que se encuentra en suplementos orales y en algunas margarinas,
como Benecol)
·
Algunos productos de arroz de levadura roja
contienen monacolina K, que es una sustancia químicamente idéntica a la
lovastatina, un medicamento recetado. La FDA ha prohibido la venta de estos
productos, dado que no hay forma de determinar la cantidad ni la calidad del
ingrediente activo.
En definitiva para mantener el
colesterol en unos límites saludables, no hay solo que confiar en los fármacos,
hay que seguir unos hábitos de vida saludables: llevar una nutrición adecuada,
no fumar, hacer ejercicio, disminuir o no tomar alcohol. Y en el caso de que
sea necesario el tomar estatinas porque los hábitos saludables no son
suficientes para mantener el colesterol en los valores normales; hay que seguir
con los hábitos sanos, y no porque se toma la pastillita del colesterol comer en
exceso y sin controlar el tipo de grasa que se toma y un exceso de azúcares
añadidos.
Dra. Mª Teresa Lluch Armell