¿DE VERDAD ESTAMOS TAN INFLAMADOS?
Parece ser que ahora está de moda decir que tenemos
inflamación crónica, por el hecho de tener gases, de que se hinche el vientre,
que te duela la cabeza, si engordas, estas cansado, te cuesta dormir, en fin,
es que te has inflamado. No se debe a
que llevas un día de mil demonios a que has trabajado mil horas, a qué no
llegas a fin de mes, o que tengas una patología que te lo cause, no a eso no se
debe, se debe a que estás inflamado, por si no lo sabías.
Vaya, que vamos todos inflamados por el mundo y no nos
habíamos enterado. Pero la solución te la dan algunos nutricionistas y coachs
en sus libros y en sus dietas antiinflamatorias, y en suplementos nutricionales
antiinflamatorios. Puro marketing y vende motos. Eso sí, lo que más se inflama
es su bolsillo.
La verdad es que, si somos serios, esto hay que cogerlo con pinzas, porque la verdadera inflamación no es un juego, y hay que analizarla con rigor científico no sesgado. Detrás de la inflamación crónica suelen haber enfermedades importantes y que hay que tratar adecuadamente, aparte de llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio y dormir bien.
Pero… ¿Qué es la inflamación crónica?, aquí os dejo una definición fácil de entender. Se considera que la inflamación crónica se debe a una respuesta del sistema inmunológico anormal, y en la que el proceso inflamatorio no acaba cuando debe, o que aparece cuando no hay una infección, una herida o una causa que la justifique.
Y otra pregunta
importante que cabe hacerse es: ¿Qué causa esa inflamación crónica? Entre las principales
causas conocidas están: Las infecciones que no desaparecen, por reacciones
inmunitarias anormales a los tejidos normales o por estados como la obesidad.
¿Qué enfermedades
cursan con inflamación crónica?
Son muchas las
enfermedades que pueden cursar con inflamación, pero entre las más importantes
cabe destacar: La enfermedades autoinmunes, ciertas enfermedades metabólicas y
endocrinas, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas,
enfermedades hepáticas crónicas, enfermedades neurodegenerativas, entre otras.
Pero lo que hay que tener en cuenta es que la
inflamación es un síntoma no una enfermedad en sí, ni la causa de una
enfermedad, y si lo es, es porque no se ha tratado o resulta imposible tratar
la enfermedad o la causa o causas que provoca esa inflamación, entre otras
muchas cosas porque posiblemente se desconoce. En fin, que gracias a este
cambio en el orden de los factores se dicen muchas incongruencias, que claro
venden bien. Otra cosa es procurar llevar un estilo de vida saludable que nos
haga más resistentes a lo que provoca las enfermedades y por tanto a contraerlas
y de esta forma disminuir la inflamación. Para entendernos es como si dijéramos
que la fiebre es la causa de la gripe y los síntomas provocados por esta son
consecuencia de la fiebre. La fiebre es un síntoma, la gripe la enfermedad, la
causa un virus. Las cosas sacadas de tiesto y simplistas, aunque son populistas
no favorecen nada a la salud de la población, que acaba emparanoiándose (que si
estoy inflamado, que si tengo exceso de cortisol, que si tengo SIBO etc.). Hay
que ser más serios en estos temas, y más aún cuando el mensaje viene por parte
de profesionales de la salud, que ya tenemos bastante con los cantamañanas.
Cabria preguntarse llegado a este punto ¿Qué fue antes
el huevo o la gallina?, el tema es que hay enfermedades que cursan con inflamación,
pero no es esta la causa de las mismas, pero también una inflamación continuada
no tratada puede dar lugar a enfermedades o al empeoramiento de las ya existentes.
En definitiva:
La moda de las dietas inflamatorias y que con ello quedan resueltas todas las
enfermedades habidas y por haber es una moda más y que puede llevar al
ocultamiento de enfermedades importantes y que hay que abordar lo ante posible.
La felicidad está en los pequeños detalles
Dra. Mª Teresa LLuch Armell