Os dejo un microrrelato poético en homenaje a todos nuestros seres queridos que nos han dejado, pero nos siguen desde lo lejos.
AQUÍ EN EL CEMENTERIO
Me gustan los cementerios porque huelen a flores de primavera, a ilusiones rotas, y verdades inconclusas. A derrotas que al final consiguieron realizar sus sueños.
En este lugar de entrañable muerte se acaban: los suspiros,
las penas insensatas, las historias derramadas en vidas poco llenas. Historias
que acabaron sin un fin, sin dejar escritos los sentimientos ansiados. A la par
que todo fluye, lo etéreo se lleva el caos, lo amargo, la angustia, la
pesadumbre.
El universo abraza repleto de esplendor: las nuevas
sensaciones, los deseos embotellados en cuerpos cautivos, los amores rotos por
la separación de la materia, lo liviano, las vibraciones de seda que provocan el
contacto de la piel con piel del ser humano.
Aquí en el cementerio se disipan todas las tinieblas para
expandirse en lo infinito, en las sensaciones eternas, en el cosmos del que las
almas se llenan más allá de la vida terrena.
T. Lluch