Los Señores del Poder
¿Sabéis esa historia que corre como polvorosa en los tiempos tan divertidos que vivimos?
Se titula: “tragamos con todo”.
Empezó un día durante tiempos pandémicos, los Señores
del Poder que se supone son los que nos dan de comer, nos dijeron:
—Querido pueblo, os tenemos que informar que a partir
de hoy no habrá postre después de las comidas, porque engordan y hay exceso de
obesidad. Es por vuestra salud.
Y el pueblo pensó: «bueno, como hay primero y segundo
plato, total por un postre, habrá que hacer un esfuerzo por los tiempos difíciles
que estamos viviendo».
Otros como tenían postres acumulados no se preocuparon
demasiado, como no iba con ellos.
Pasaron unos meses y los Señores del Poder se reunieron
con sus miles de asesores y después de grandes debates y devanándose los sesos,
mientras comían en buenos restaurantes y dormían en lujosas casas. ¿Cómo no? Dijeron:
—Querido pueblo, os tenemos que informar que a partir
de hoy no habrá segundo plato. Tened en cuenta que es mejor para vuestra salud,
así no coméis tantas grasas saturadas que provocan enfermedades cardiovasculares.
Estamos con vosotros, pronto pasarán estos tiempos.
El pueblo pensó: «Parece que estos se están pasando un poco, pero bueno mientras tengamos para comer un buen primer plato».
Otros como aún les quedaban segundos platos, decidieron
que hasta que les tocara a ellos, para que se iban a preocupar.
Pasaron unos meses más y los Señores del Poder
alumbraron grandes ideas para que el pueblo no se descontrolara, y ellos
pudieran seguir teniendo su posición privilegiada y no les faltara ni comida,
ni medicinas, ni todos los lujos que no se valoraban antes de los tiempos pandémicos.
Y dijeron:
—Querido pueblo, sabéis que estamos haciendo un gran
gasto en la obtención de las vacunas que nos van a llevar a recobrar la tan
ansiada normalidad. Pero para ello os tenemos que comunicar que no habrá primer
plato.
En aquel momento el pueblo ya considerablemente
diezmado y entretenido con sus móviles, cervecitas, realitys televisivos
y demás cosas superfluas, pensó: «nos están engañando, ¿cómo nos van a dejar
sin primer plato?, eso es imposible. Algunos iniciaron luchas que no fueron
demasiado secundadas, pero la mayoría siguió en una pasividad extrema,
alimentando la tan promulgada resiliencia y ¿cómo no? El ser positivo ante todo,
y si tú te lo propones llegas a ser lo que quieres, de tranqui que no pasa
naaa.
Los Señores del Poder no cabían en su goce, ellos seguían
en sus poltronas controlando con su clientelismo, viviendo a costa de un pueblo
que poco a poco se iba desintegrando y muriendo.
El exterminio fue fácil y finalizó sin ninguna resistencia.
Así los Señores del Poder camparon a sus anchas en un mundo hecho a su medida,
y que muy pronto acabarían destruyendo también. Pero… ya tenían bases en otros
planetas a quienes engañar y conquistar.
Dra. Mª Teresa Lluch Armell