El
aceite de coco y otros despropósitos
Eran sobre los años
sesenta cuando en la dieta habitual, se incluía el aceite de oliva en los guisos y se condimentaban las ensaladas
y platos crudos con él. Pero de repente la gran noticia promovida por la OMS:
El aceite de oliva es” malísimo de la muerte” porqué sube el colesterol y hay que consumir
aceite de soja y/o semillas como el de girasol entre otros, así que la mayoría de
la población española dejo de consumir su preciado y buenísimo aceite de oliva,
además de elaboración autóctona por el consumo del aceite de soja, por supuesto
mucho más barato y con precios muy competitivos. ¿Era un tema de salud o de
base científica? No, de eso nada, era un tema de intereses económicos promovido
por la administración Carter (USA), el llamado cacahuero que le interesaba
comercializar sus excedentes de aceite de soja e introducir el del cacahuete.
Posteriormente se fue viendo que esto era un
despropósito y se volvió a ir incorporando en nuestra dieta el preciado aceite
de oliva. Que por cierto se está empezando a cargar de nuevo contra él. Pero no
solo ha ocurrido este tipo de intervenciones en este caso, sino que, así
sucesivamente estamos presenciando beatificaciones y demonizaciones de los
alimentos continuadamente.
Ahora le ha tocado al aceite
de coco que de pasar a los alteres ha caído al pozo de los venenos, y que
conste que no es para nada santo de mi devoción este aceite que a algunos les
interesó meter a presión en el mercado, patrocinado por estrellas del cine como
la Angelina Jolie. Y sin ninguna evidencia científica se le ha atribuido un
montón de buenas propiedades entre las que destaca: que es cardiosaludable porque
aumenta los niveles de HDL (coloquialmente llamado colesterol bueno) aunque se
les olvida decir que también sube el LDL (colesterol malo) con lo cual nos
quedamos como estábamos; vamos que sube el colesterol en general. También dicen
que adelgaza, y válgame ¿Cómo puede adelgazar una grasa formada en un noventa
por cien por ácidos grasos saturados? el doble que la mantequilla y la manteca
de cerdo, vaya que mucho mejor tomar manteca de cerdo Ibérico de bellota, que
esa, sí que va bien para disminuir el colesterol.
Pero ha tenido que ser,
que desde Harvard digan que es un veneno,
y que no tiene ninguna de las propiedades beneficiosas para la salud que se le
atribuyen, para que se ponga atención sobre el tema. Y es que cuando alguien de
allí habla sobre temas de alimentación hay que dar por sentado que es: “palabrita
del niño Jesús”, para nada sirven las investigaciones españolas o europeas. Porque
vamos, hasta la fecha, no se han hecho investigaciones tan serias ni bien
hechas como las que hacen ellos, como si detrás de ellos no hubiera también
intereses económicos y solo los hubiera detrás de las que se hacen desde la
industria alimentaria.
Y no solo eso, también hay intereses económicos detrás de los
estudios de la OMS. Y con ello no es que quiera defender a la industria
alimentaria, pero tampoco a las investigaciones gubernamentales(sobre todo de
las naciones ricas como USA) porque el que esté libre de pecado que tire la
primera piedra. Así nos introdujeron en la imparable avalancha de fast
food(comida rápida) responsable de la llamada epidemia de obesidad, pero ahora
resulta que tiene la culpa la dieta Mediterránea.
En definitiva en el
tema de alimentación y nutrición estamos
muy vendidos si hacemos caso de la amalgama de noticias y contradicciones que
hay, y que siguen in crescendo y lo único que hacen es marear a la población y crear modas alimentarias que
resultan muy beneficiosas para los
intereses económicos de ciertos países e industrias alimentarias.
"Viajar entre nubes nos ayuda a cultivar la creatividad"
Dra. Mª Teresa Lluch Armell